Pienso, y agradezco a dios, al universo, al destino o a quien quiera que sea el que manda estas cosas tan preciosas como tú. Nunca me imaginé un día a día contigo, un te quiero de tus labios, una caricia un beso... nunca me imaginé acabar así, a tu lado... pero ahora, ahora no quiero vivir sin ti. Me has enseñado a vivir la vida de nuevo, a disfrutar, a sentir de nuevo la sensación de poder querer y ser querida, lo que es mirarte y sonreír, el caerme de la cama por huir de tus cosquillas, el dormir sintiendo tu respiración a mi lado, todas esas pequeñas cosas que me llenan de pies a cabeza.
Te quiero, por quien eres, y por quien me haces ser.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario